Cuando pensábamos que todos los precandidatos serios y “los candidaticos” habituales a la alcaldía de Cartagena; incluyendo los que cada 4 años se gradúan  como tales, el pasado fin de semana irrumpió en el panorama de firmes aspirantes a la primera magistratura distrital, el arquitecto, urbanista y critico social Haroldo “El Goyo” Payares dejando entrever algunas de las cartas que tiene bajo la manga.

Haroldo José Payares Benítez, de 62 años, es arquitecto y urbanista de la ciudad de Cartagena, y siempre se ha caracterizado por ser un duro crítico de los gobierno de turno, al considerar que “la ciudad merece otro rumbo, y que se pueden romper las tradiciones políticas de los 4 o 5 caciques que vienen eligiendo los alcaldes de la ciudad en los últimos 25 años, sumiéndola en el desprestigio y en una urbe anárquica socialmente”, precisó “El Goyo”.

En dialogo FRENTE A FRENTE, y en una exclusiva cena a la cual asistieron unos 12 periodistas directores de medios o programas  independientes “El Goyo Payares” mostró sus cartas sobre la mesa y su deseo fuerte de aspirar con el aval de un partido político, y aunque se declaró de centro izquierda, advirtió que no es comunista ni socialista.

Este arquitecto miembro de la sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Colombia, y quien ha estado al frente de varios proyectos urbanísticos, es el autor de “Cartagena Compacta”, una solución de vivienda multifamiliar de interés social que ha sido resaltada por la forma como reivindicaría socialmente a las clases menos favorecidas de la ciudad;  se sabe que “Goyo”  ha sido el autor y estructurador de varios programas de gobierno  de candidatos y alcaldes, por lo cual ahora trabajará para lo suyo.

Ante la pregunta general de los periodistas asistentes a la cena sobre la financiación de su campaña, los apoyos para no quedar varado a la vera del camino, y la forma de enfrentar las maquinarias tradicionales de los barones electorales en la ciudad,  Haroldo Payares manifestó contar con el apoyo de un selecto grupo de empresarios e industriales de la costa atlántica y de la misma Cartagena con suficiente musculo económico,  quienes se encuentran cansados de que el corralito de piedra sea repartido como un ponqué para el deleite de unos pocos y el sufrimiento de la gran población cercana al millón de personas que habitan esta urbe.