Cartagena, se vio convulsionada por dos muertes violentas registradas en sitios diferentes de la ciudad, en casos aislados donde algunos ciudadanos se tomaron la justicia por su propia mano como mecanismo de defensa ante la preocupante ola delincuencial y de inseguridad que viene azotando los barrios populares.


Uno de los casos se registró la noche del domingo en el barrio La Cosolata, donde una turba enardecida la emprendió a piedras y palos hasta linchar a un atracador que minutos antes había herido gravemente a bala a un joven para robarle el celular en la propia puerta de su casa.


Al momento de llegar las autoridades al lugar de los hechos encontraron el cuerpo ensangrentado del delincuente que recibió una dosis de paloterapia, y que presentaba precarios signos vitales.


El otro caso del que damos cuenta fue el de tres jóvenes y agraciadas mujeres que presuntamente atracaron a un taxista en el barrio Daniel Lemaitre y luego de herirlo con arma blanca se dieron a la fuga, siendo perseguidas por el mismo taxista afectado y otros compañeros, hasta lograr la captura de una que los habrá enfrentado con un cuchillo, del cual la despojaron y con el que le infringieron una puñalada en el tórax que le causó la muerte.


Las autoridades policiales han promocionado mucho que la ciudadanía no haga justicia por mano propia, pero ante la incompetencia de los policiales en algunos casos, sobre todo de barrios apartados, al ciudadano del común no le queda otra alternativa que defender su vida y bienes a sangre y fuego de la misma forma en que son agredidos por los delincuentes que no tienen miramientos para quitarles la vida a la menor resistencia.


.