Por: WILLIAM HUNDELSHAUSEEN CARRETERO - Presidente Nacional APIC

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Jesús de Nazaret dedicó su vida a luchar por la salud de su pueblo, y  una de las principales claves para entender su mensaje de liberación radica en su permanente práctica de curar enfermos; el rostro de Jesús aparece donde hay sufrimiento y donde desde la lucha nace la esperanza.

Aparecen tres momentos de la actividad política de Jesús; los dos primeros dedicados a luchar por la salud y el último orientado a la oración, pero al parecer la clase política y los que han gobernado en la última década poco le importa el sacrificio que JESUS hizo por la clase humana y por el contrario se ROBAN sin escrúpulo lo que el tanto defendió, LA SALUD; ya que cada vez que se evalúa la gestión, el manejo de recursos públicos destinados a la salud, indica daños patrimoniales por cantidades de dineros escandalosas, que todos sabemos que en su gran mayoría se utilizan para cancelar favores políticos y cada vez que los entes de control se pronuncian sobre estos hechos, manifiestan que estos entes territoriales son deficientes, sin embargo les aprueba el comprometimiento de vigencias futuras. 

La salud en Cartagena está en estado crítico, está pasando por su peor momento, a raíz que existen pacientes que acuden a las IPS y EPS, quejándose por el mal servicio de atención que éstas en su gran mayoría presentan,  largas filas, y problemas al igual que demora en la asignación de citas son las quejas recurrentes; lo preocupante de la situación es que hay casos de salud que requieren una atención inmediata y la entregan 3 meses después, algunas veces cuando el paciente ha fallecido.

El sistema de salud, lo está acabando, la corrupción, la politiquería y la codicia bajo la mirada atónita de todos nosotros que impávidos todos los días presentamos ante las autoridades competentes miles de reclamos contra las empresas prestadora de la salud y muchas víctimas más ni siquiera se toman el trabajo de protestar, y otras mueren antes de tener tiempo de quejarse, y como si esto fuera poco el trato que se le da a los familiares de los pacientes que ahora son clientes que no dejan que estos entren acompañados al menos hasta una sala acondicionada mientras están siendo atendidos por los médicos en el caso de la clínica de MATERNIDAD, que con tanta plata que se derrochó con la corrupción en el pasado, no fueron capaces de proyectar una sala para que los familiares de las pacientes esperen cómodamente los resultados de los galenos de turno y no tener que soportar el trato inhumano por parte de los vigilantes y exponiéndose a la inseguridad que azota en los últimos días a Cartagena, como lo sucedido recientemente a un señor procedente de un municipio de Bolívar que le toco soportar durante largas horas las inclemencias del sol tirado en la puerta o cárcel llamada MATERNIDAD, donde fue atracado por un motorizado y despojado no solo de sus pertenencias sino la de su paciente y todo por no existir una sala de espera para familiares, sobre todo cuando estos vienen de la provincia y aunque las autoridades se empeñan en demostrar con cifras que el hurto ha bajado en Cartagena, la percepción de la ciudadanía es totalmente contraria.

Los sucesos que ocurren diariamente echan por tierra esas declaraciones.

Diariamente hay víctimas de hurto en las diferentes modalidades, pero a veces me pregunto dónde están los veedores de la salud, para evitar que haya gente que está renovando su portafolio de corrupción todo el tiempo, por eso la situación es lamentable, crítica.

Niños y niñas mueren por falta de hospitales, por falta de medicinas, por falta de atención médica.

Y aun así, en este escenario hay políticos, con mucho dinero y poder, que privatizan la salud porque ven en ella un gran pastel que hay que devorar, ven la salud como una oportunidad para enriquecerse, ven la salud como una mercancía; y no les importa que mueran más niños, más ancianos, más mujeres; esta es la lógica malvada del mercado y de este sistema capitalista, que no tienen presente que: Mientras que Jesús luchó por la salud, otros se la roban.