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Así encontraron, 16 años después, al último muchacho asesinado que buscaban las Madres de Soacha
El magistrado de la JEP Óscar Parra encontró en el cementerio del Copey al hijo de doña María Morales, asesinado en falso positivo en el batallón La Popa
El Portal de Noticias Las 2 Orillas, revela un espeluznante hecho perpetrado por altos oficiales del Batallón La Popa de Valledupar, cuando se desató la ola de FALSOS POSITIVOS, para ganar ascensos, promociones y premios dentro de las fuerzas militares, haciendo aparecer jóvenes inocentes como si fueran guerrilleros muertos en combate, durante el gobierno Uribe.
Dice el informe periodístico: La incertidumbre sobre el triste final de Óscar Morales Tejada se resolvió; María Doris Tejada, su mamá, después de 16 años de espera, angustia y dudas encontró al fin la forma de decirle adiós; El paradero y las respuestas sobre su hijo Óscar estaban en el Copey Cesar, en la Costa caribe colombiana, hasta donde los equipos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidos (UBPD) y los empleados de Medicina Legal localizaron dentro de 300 cadáveres, el de Óscar: el único muchacho inocente asesinado por miembros de la Fuerza Pública que las Madres de Soacha no habían encontrado.
La vida de Óscar
Óscar nació el 17 noviembre de 1981, fue bachiller del Colegio Departamental Carlos Lozano y Lozano, municipio de Fusagasugá en Cundinamarca; acabó sus estudios y prestó el servicio militar, y en efecto era reservista del Ejército Nacional; Una vez, Morales cumplió su tiempo en el ejército tiene varios oficios, por ejemplo, ser cadenero de topografía es decir fue ayudante en las actividades de medir y cartografiar terrenos.
Por su versatilidad en el trabajo Morales decide recibir una oferta laboral de un extraño; El protagonista menciona a su familia que debe irse de Cundinamarca; Para tranquilizar a su madre y a su padre, Óscar va dando noticias a lo largo del camino, la última noticia fue en diciembre de 2007, fecha donde Óscar visitó a Carlos Alberto, su hermano, quien vivía en Cúcuta, según cuenta su familia, y desde ese día no volvieron a saber nada de él.
La muerte de Óscar
Los parientes de Óscar se extrañaron cuando dejaron de recibir información de su paradero; dos años después, en 2010 María Doris, la mamá de Oscar, terminó en la Seccional de Investigación Judicial, SIJIN de Fusagasugá en busca del paradero de su hijo, donde los funcionarios de la Policía le informaron que había muerto en combate; sin embargo, no había cadáver para enterrar: ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba el cadáver? A doña María le dolía además ver el nombre de su hijo Oscar manchado, a sabiendas de que lo que decían los funcionarios de la SIJIN era falso; él no era ningún criminal.
La asociación de 19 madres, 14 de Soacha, y cinco de Bogotá, las unía la incertidumbre sobre el paradero de sus familiares, las amenazas, y el apodo de “locas” que de tiempo en tiempo les llegaba; por años las madres de Soacha tocaron varias puertas buscando verdad y justicia; no obstante, no había una respuesta clara.
La urgencia por querer no solo encontrar a sus hijos desaparecidos sino la verdad completa de lo sucedido los llevó a buscar respuestas a la Jurisdicción Especial para la Paz, donde fueron no solo bien recibidas, sino que sus denuncias se convirtieron en un caso prioritario para investigar conocido como el MACROCASO 03.
En su narración de los hechos, Las 2 Orillas señala: El caso de Oscar Morales lo tomó el magistrado Óscar Javier Parra Vera quien escuchó la historia al detalle narrada por sus familiares y se propuso investigar hasta el fondo; La verdad saldría a la luz; Las pistas conducían a la Costa norte colombiana, en específico al Copey, donde actuaba el siniestro Batallón La Popa, con antecedentes de otros casos de falsos positivos, ya que hacia dos años habían sido imputados por la JEP doce militares adscritos a ese batallón, incluidos los coroneles (r) Publio Hernán Mejía, Juan Carlos Figueroa y el mayor José Pastor Ruiz Mahecha.
Fue el magistrado Oscar Javier Parra quien tomó la decisión radical de dictar medidas cautelares para proteger el cementerio del Copey, y buscar la verdad detrás de la desaparición de Óscar Morales, quien fue encontrado entre 300 cadáveres en mayo de 2024, como lo narró el mismo magistrado Oscar Parra.
De forma preliminar la JEP encontró que un reclutador del Ejército, vestido de civil buscó a varios muchachos en distintos municipios del país para ofrecerles trabajo; entre ellos Oscar en Fusagasugá, y la oferta fue siempre la misma: viajar a Valledupar, la capital del Cesar para allí ser enganchados laboralmente, pero el plan de los militares era otro: allí estaba el Batallón La Popa y allí supuestamente se libraban combates con la guerrilla que tenía asolado al departamento del Cesar; Según el testimonio del capitán, el capitán Molano, los jóvenes engañados anduvieron alegres en el bus, sin tener ni idea del fatal desenlace que tenían por delante: la muerte por un disparo, ningún funeral y chapa de guerrilleros sobre su recuerdo.
Los militares del Batallón la Popa esperaban los muchachos, disimularon un combate y enterraron los cadáveres en un cementerio del Copey; En el campo santo existían varios N N, un total de 300 cuerpos.
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