Como si la ciudad de Cartagena, no tuviera problemas más graves, el Concejo de la ciudad decidió en su último día de sesiones del periodo que culmina, jugar al DIA SIN CARRO, en una propuesta absurda como todas del Concejal Cesar Pion, mientras el alcalde lucha solo y sin la ayuda de su cabildo contra la ola de inseguridad que cada día gana más terreno.

En el último día del primer periodo de sesiones ordinarias, la plenaria del Concejo de Cartagena aprobó por unanimidad el proyecto del concejal Cesar Pion de institucionalizar la última semana de septiembre como semana de la movilidad sostenible en el distrito y el 22 de ese mes como día sin carro y sin moto.

La proposición tiene como fundamento los bajos índices de favorabilidad sobre la movilidad por parte de la ciudadanía y los altos niveles de contaminación que generan los vehículos que transitan cada día por Cartagena;  buscando disminuir cerca de 500 toneladas de partículas contaminantes, según un supuesto estudio que nadie sabe quien realizó.

Y mientras esto pasa en el Concejo Distrital, se conocen cifras de FENALCO donde se destaca que la evolución del mercado automotor en Bolívar en los últimos tres años, muestra en el primer cuatrimestre una tendencia positiva para el sector, con 1781 unidades vendidas, creciendo en el acumulado respecto al año 2918 en un 7 por ciento, mientras que a nivel nacional el total de matrículas del sector automotor al mes de abril de 2019 fue de 19.763 vehículos, que representaron una leve caída de 2.0% respecto al mismo mes del año anterior cuando se matricularon 20.166 unidades.

Para el Concejo de Cartagena es más fácil jugar al día sin carro, que enfrentar el problema mediante otras acciones tendientes a la ampliación de las redes viales y los controles a los grandes emisores de partículas contaminantes al igual que  las ventas de carros en la ciudad bajo el dominio de dos familias que ayudan a financiar algunas campañas al Concejo, además los “Padres del Distrito” no serán impactados porque gozan de permisos especiales de circulación para ellos y sus familia.

De los 70 días de sesiones no hay nada positivo que resaltar, y solo quedan los malos recuerdos de decisiones jurídicas absurdas, la quita y pon de curules, las audiencias judiciales y el incumplimiento a los debates anunciados el día de la instalación.

El único acto positivo fue la aprobación del acuerdo mediante el cual se incorporaron 310 mil millones de pesos al presupuesto del distrito para poder continuar el desarrollo de obras y proyectos del actual gobierno, que todavía no se conoce cuanto le costó al alcalde esa aprobación.