Opinion

Fecha de publicación: Viernes, 27 de Julio de 2018 Hora: 09:31:15

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PUNTA DE LANZA
Columna de Opinión
Por Senén González Vélez
senengonzalezvelez@hotmail.com

Observando todos estos años de gobierno del Presidente Santos Juan Manuel, me convenzo que más que un estadista, no lo fue, se distinguió por ser un político que se auto aplicó la teoría, que dice: para vivir, solo es preciso ser un animal, o un dios, según Aristóteles; él, a fuerza de buscar los comienzos de la historia de Álvaro Uribe, para acomodarla a sus perversos intereses políticos, se volvió cangrejo.


Siempre “el historiador mira hacia atrás y al final cree también hacia atrás”, fue su ministro de defensa, y desde ahí, maquinó toda la trama que hoy trata de enlodar al ex presidente Uribe, la hábil estrategia, estuvo llena de políticos, que fungieron como actores teatrales que mostraban la piel tierna de la oveja, cuando la que actuaba y actúa, es una hambrienta jauría, dispuesta a devorarse el sistema democrático, mediante un implante del Bolivarianismo Castro Chavista.


Encontró Santos, el obstáculo de las convicciones ideológicas de Uribe y la perseverancia, que, sumada a su valor, se convirtió en el mayor problema, para tener la libertad de complacer a los terroristas de las FARC, fue en ese momento, cuando Santos se dijo: todo o nada; y de ahí emprendió su ofensiva solapada, la que yo llamaría, operación comején, porque en forma silenciosa, fue ganando terreno, poniendo las fichas estratégicas en todo el mapa político del país.


Gobernaciones, Alcaldías, Judicatura.

Instituciones, medios, Cortes, en fin, el pulpo de la mermelada, puso a accionar sus tentáculos acaparando y dominando todo el sistema, hasta convertirlo en un juego de marionetas.

Santos, tenía todo bien calculado; tenía un abecedario de planes para en caso que le falla uno, y en efecto, el más importante le falló con el triunfo de Iván Duque en las elecciones presidenciales.


Por ello, aceleradamente, activó el plan perverso, que es hacer detener a través de sus secuaces, al ex presidente Uribe, para crear un caos en el Congreso y en su bancada, y así restarle fuerza al presidente entrante; Santos, ha convertido a Uribe en un prócer, ya que el odio visceral que arruina sus sentimientos, lo ha convertido potencialmente en un criminal de guerra, que, mediante los ataques a su familia y a su psiquis, pensando desgastarlo, para arruinar su capacidad de pensar.


La historia, ya tiene bien claro, que Juan Manuel Santos Calderón es un traidor de Colombia, pues la expuso, solapado en una aparente piel de oveja, a una hecatombe; le salió en sus continuos crepúsculos, el lobo feroz que pretendió devorar la democracia y el estado de derecho a esta bella nación; ahora bien, algún día se sabrá a ciencia cierta, el por qué, periodistas como Daniel Coronel y otros, profesan ese odio tan profundo, que los convierte en seres que no son humanos; de toda esa cavernaria estratégica de Santos, lo que ha hecho es recrudecer la delincuencia, ¿Cual paz) El negocio del Narco tráfico se disparó y el país queda descuadernado con un déficit y una deuda externa fuera de serie?
LOS CONCEPTOS Y OPINIONES EXPRESADOS POR CADA COLUMNISTA SON DE SU ABSOLUTA RESPONSABILIDAD, Y NO REPRESENTAN EL PENSAMIENTO EDITORIAL DEL MEDIO.

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