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LA PRESENTE COLUMNA NO REFLEJA EL PENSAMIENTO GENERAL DE ESTE PORTAL DE NOTICIAS, SON CONCEPTOS NETAMENTE PERSONALES DEL ESCRITOR
Por MONICA VÉLEZ BUSTAMANTE
El respeto por la fe de cada quien debe ser una conducta generalizada, nuestras creencias religiosas hacen parte de nuestra esencia, de nuestra identidad; lucrarse de esto es algo con lo que en lo personal no estoy de acuerdo, no quiere decir que no respeto la posición de quienes aprueban esto.
Lo que se me hace imposible de compartir y aplaudir es el circo que se crea con el fin de generar seguidores y con estos incrementar los ingresos particulares del líder de determinada congregación, hace días es tendencia en redes sociales y algunos medios de comunicación tradicionales, la resurrección de un hombre en medio de un servicio religioso; según se dice en los medios, el suceso ocurrió cuando el hombre colapsó repentinamente debido a un paro cardíaco mientras escuchaba la prédica del pastor, y los testigos relataron que el hombre perdió el color y dejó de respirar, causando alarma entre los asistentes, por ello los mismos feligreses comentaron que el pastor Esteban Acosta acudió rápidamente al lugar y comenzó a orar, citando las palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida”.
Según los presentes, el hombre empezó a mostrar señales de vida, moviéndose y respirando nuevamente, por lo que muchos de los asistentes consideraron el hecho como un milagro, ya que el hombre abrió los ojos luego de la oración del pastor.
La iglesia en la que se dio el supuesto milagro es La Unción, misma que tiene gran reconocimiento en la ciudad, no solo por su gran número de feligreses, es también un fortín político, es sabido por todos que los servicios religiosos, no solo fortalecen la fe, sino que también son un buen espacio para hacer proselitismo, el pastor Esteban, no solo unge con oraciones, también otorga avales de un partido político.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podríamos pensar que todo se trata de una puesta en escena de mal gusto con fines que nada tienen que ver con la fe.
En lo personal me quedo con un líder espiritual de la talla del Padre Clero, personaje ficticio que los cartageneros de vieja escuela alguna vez escuchamos en las picarescas narraciones del gran Cuchilla Geles.
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