Opinion

Fecha de publicación: Lunes, 18 de Julio de 2022 Hora: 06:52:25

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LA PRESENTE COLUMNA NO REFLEJA EL PENSAMIENTO GENERAL DE ESTE PORTAL DE NOTICIAS, Y SON CONCEPTOS NETAMENTE PERSONALES DEL ESCRITOR

 

Por VICTOR ESQUIVIA POLO

 

A principios del mes de julio de 2015, tuve la oportunidad de escribir una de las columnas que habitualmente eran publicadas por el diario “La Verdad”, un periódico que circulaba bajo la dirección del destacado periodista Humberto Mercado, y que en esa ocasión tuvo como título “Cartagena al garete”; en ella, hice referencia a la crisis política y administrativa que agobiaba a la ciudad.

 

 

Casi tres meses después, el periodista Juan Gossaín Abdala, sorprendió al país al decir públicamente que Cartagena estaba al garete, que además el alcalde no estaba bien rodeado y acto seguido se preguntaba “¿Dónde están los jueces? ¿Dónde está la Procuraduría? ¿Dónde está la Fiscalía? ¿Dónde están los entes de control que no inician investigaciones de oficio?”.

 

 

No sé realmente cuantos pudieron haber leído mi columna, pero al cuantificar el número de personas que leyeron e interpretaron al periodista Juan Gossaín Abdala, coincidiendo con el título y lo sustentado en ella, sentí una especie de efecto colateral que asumí como un espaldarazo al ejercicio de la expresión entendida sobre la base de la independencia critica; y no puedo negar que, al mismo tiempo, pero de forma sana, sentí aumentado mi propio ego.

 

 

El día lunes 8 de octubre, a la salida del Centro de Convenciones, me topé con el prestigioso y distinguido periodista, y a unos pasos de distancia le dije eufóricamente: he aquí el alcalde que Cartagena necesita; el carismático personaje caminó rápido y se abrió paso entre un vehículo que se nos cruzó, y al quedar frente a mí, me dijo: ¿Eche y yo a ti que vaina te he hecho?

 

 

En medio de las carcajadas quise sacar provecho al tema, pero él, un poco esquivo, solo dio paso a los recuerdos y se dedicó a preguntarme por los viejos amigos de la familia Esquivia que había dejado en Cereté y Ciénaga de Oro, recordamos al “Fulo” “Vaquique” y Aníbal Esquivia entre otros, a quienes dijo recordar con mucho cariño.

 

 

No era difícil intuir que en el fondo de la expresión de Juan Gossaín, independientemente de su particular forma de mamar gallo, dejaba ver lo distante que estaba de ser ajeno a la inmensa responsabilidad que cabe en quien se someta a dirigir los destinos de una ciudad diezmada por tantos actos de corrupción.

 

Han transcurrido siete años desde entonces, y aun nuestro corralito de piedra parece mostrar la misma cara de la moneda, no obstante, ya se dejan ver algunos rostros que aspiran a ser elegidos el próximo 2023.

 

 

Ojalá poseamos buen tino a la hora escoger a un candidato que rinda tributo a la memoria de ilustres políticos como Raimundo Emiliani Román, Joaquín Franco Burgos, Marun Gossaín Jatin, Arturo Mattson Figueroa, entre otros, y guardar esperanzas al igual que Juan Gossaín Abdala, sobre la base de una frase muy certera: “Si esta ciudad fue capaz de derrotar a la flota inglesa, también es capaz de derrotar a una chalupa de rufianes”.

 

 

 

 

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