Opinion

Fecha de publicación: Lunes, 20 de Mayo de 2024 Hora: 08:59:49

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LA PRESENTE COLUMNA NO REFLEJA EL PENSAMIENTO GENERAL DE ESTE PORTAL DE NOTICIAS,  SON CONCEPTOS NETAMENTE PERSONALES DEL ESCRITOR

 

Por: SAMUEL MORALES TURIZO

 

Charles Baudelaire fue el padre espiritual de los poetas malditos y de la poesía moderna, Baudelaire decía que, si se colocaban las horas verdaderamente felices y sonrientes de la existencia, todas ellas formarían una semana.

 

 “Lykke” es una palabra danesa que significa felicidad y probablemente pocas personas sepan tanto acerca de ese estado de grata satisfacción espiritual y física.

 

Ser bondadoso y sentir que se está en un entorno confiable que brinda garantías, son dos claves de la felicidad; También se recomienda comer más seguido con nuestros amigos, familiares y colegas, de forma lenta y conversada.

 

Un amigo que vive en las estribaciones de los Montes de María pero en el departamento de Sucre me expresaba lo siguiente: “Mi mayor felicidad es vivir en este pedazo de tierra, donde siembro y me da mi sustento en unión de mi familia, aquí se respira una tranquilidad que no tiene valor”.

 

La persona que trabaja independientemente por cuenta propia generalmente es más feliz y porque tiene autonomía, no padecen estrés; en lo referente a la salud, tenemos que tener cuidado a lo que comemos, hacer ejercicios y cuidar nuestros sueños.

 

La felicidad y la tranquilidad van de la mano, da como resultado si nos ocupamos a cosas que deleitan, tener tiempo para disfrutar la vida, en lo que más nos complace, reduce la angustia en un 100 por ciento y acrecienta la comodidad o el confort.

 

Según investigaciones científicas, cuando estamos felices segregamos una serie de sustancias que nos hacen estar más despiertos y más receptivos y alegres; nos proporciona una mayor creatividad, eleva el estado de ánimo y causa que las personas estén más regocijadas y esplendorosas.

 

 

La felicidad es un estado de serenidad, puede incluso ser permanente, y  los momentos suelen confundirse con la alegría; La felicidad y la alegría ambos nos remiten a cuestiones optimistas y positivas, por lo que solemos creer que es lo mismo estar alegres que estar felices.

 

La felicidad nos trae tranquilidad y seguridad, y  cuando somos felices podemos alcanzar excelentes estados de energía positiva que ayuda a nuestro cuerpo y mente, se disfruta lo máximo el hábitat.

 

La felicidad es regocijarse en algo que te fascina en la vida.

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