Opinion

Fecha de publicación: Lunes, 03 de Mayo de 2021 Hora: 09:50:04

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Por SAMUEL MORALES TURIZO – COMUNICADOR SOCIAL PERIODISTA

 

Todo comunicador social tiene que utilizar los recursos de la literatura (la fascinación del relato, el vigor de la novela, el dominio de concentración de la  poseía, la energía tramadora del ensayo), para realizar mejores escritos periodísticos; la literatura es ficción, la invención es el eje principal de todo gran novelista o escritor.

 

Debemos aclarar que el género de la novela biográfica no es un género puro; Tiene tanto de historia y realidad como de ficción y fantasía; la biografía tiene como mérito estudiar e historiar al personaje en su entorno real, por eso  decir obligadamente la verdad lógica de los hechos; sin embrago, el mérito de la novela es darle forma a la historia, mientras  el autor adorna con su imaginación, crea diálogos y presenta los personajes según su concepción personal, además la naturaleza siempre nos ha engañado.

 

Es de gran interés para la opinión pública esta leyenda, que enlaza el periodismo y la literatura para las personas que gozan al observar un atardecer invernal en las orillas del Mar Caribe, entre dos gigantescas palmeras, más atrás un árbol de caucho a un lado uno de tamarindo y otro de uvitas playeras; ya el sol comenzaba a ahogarse en el mar, fue anocheciendo frente a un mar quieto y oscuro, cobijados por un frío intenso, lleno de cocuyos y el destello de estos, era el único ruido que existía.

 

Un día lluvioso de abril, iniciamos nuestra travesía en un campero destartalado, que avanzó a través de los bosques de un verde intenso, sobre las encharcadas cenagales; de pronto se oyó resonar el motor de una chalupa abajo de un puente y aparecieron las revoltosas aguas del río Magdalena, luego más fangales, más abetos, más pantanos impenetrables.

 

El paisaje sufre un cambio espectacular, grandes extensiones de ciénagas y pequeñas lagunillas nutridas algunas por agua propias;  Nos acercamos a las rebeldes aguas del río San Jorge, encontramos tapones, tarullas, troncos, maderos abandonados por la corriente, descansan sobre los bancos de arenas y las riberas.

 

Para culminar esta correría, llegamos a tierra seca, en busca de los amplios horizontes de las llanuras o a respirar el aire puro de este espacio natural.

En los playones abiertos se avistan ganados vacunos a gran distancia.

Sin penetrar zonas comprometidas, se aprecian su aspecto, su tamaño y se puede prever sus reacciones.

 

Ciertamente ficción y periodismo se amalgaman y acrisolan en la literatura universal y el moderno periodismo no podrá jamás apartarse de la fantasía.

 

 

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