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Por: SAMUEL MORALES TURIZO

La causa del comercio informal es el desempleo de la población del Caribe colombiano de bajos y medianos recursos, estos se han dedicado a la actividad del rebusque, como un paliativo para aumentar sus ingresos debilitados por los altos costos de vivienda, alimentación y servicios domiciliarios; esta situación conlleva al detrimento del comercio formalmente establecido que tiene gastos de: nómina, arriendo, servicios e impuestos.

Por lo anterior están llevando a la iliquidez, al comercio formal, que a futuro si esto no se controla por parte del estado generará cierre de comercios formales, con el agravante de desempleo, generalmente afectando a la clase femenina trabajadora, que actualmente soporta gastos compartidos en el 60% de los casos con el esposo y el otro 40% sosteniendo hijos y padres ancianos.

Las ventas ambulantes y estacionarias en las avenidas, incluidas las calles del centro de estas ciudades, son una fuente permanente de inconvenientes para el tráfico peatonal y vehicular, a la vez son una competencia desleal para el comercio organizado.

Las plazas públicas, lugares aledaños a los parques, hoy ocupados en horas  nocturnas por restaurantes, bares y vendedores de pizzas, genera desacuerdos con los habitantes tradicionales del sector, quienes se han sentido desplazados repentinamente de unos espacios de los que eran considerados ocupantes únicos.

El elemento común que produce caos en los espacios públicos en estas capitales y en municipios de 100 mil habitantes es la falta de reglas claras y de autoridad, la carencia de una visión de ciudad compartida por todos sus habitantes.

Alternativas para el comercio informal: Promover nuevos mercados satélites, como espacios populares que permitan organizar este comercio, minimizar costos a la familia y crear más de 5 millones de empleos formales en Colombia.

Un aspecto destacado es el liderazgo de Sincelejo en Colombia en este desafiante escenario con una alarmante cifra del 68,40 por ciento de trabajadores en la informalidad.

Para terminar este tema tan interesante, hay 12 millones de colombianos entre 14 y 25 años, más del 50%  por debajo de los 24 años, sino hacemos algo por la educación, en el largo plazo nos derrota la informabilidad.

Las medidas gubernamentales para controlar el comercio informal no se basa en restricciones, sino en estímulos controlados.