Opinion

Fecha de publicación: Domingo, 30 de Octubre de 2022 Hora: 08:28:54

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LA PRESENTE COLUMNA NO REFLEJA EL PENSAMIENTO GENERAL DE ESTE PORTAL DE NOTICIAS,  SON CONCEPTOS NETAMENTE PERSONALES DEL ESCRITOR

 

 

Por VICTOR ESQUIVIA POLO

 

 

Hablar de votar y elegir bien, es remitirse a la democracia participativa, no se trata de un simple proceso electoral en atención a un direccionamiento o interés individual;  la Ley 134 y la Ley 1757 que regula la iniciativa popular, abrió la posibilidad para que los ciudadanos participen directamente en la planeación, implementación y evaluación de programas y políticas públicas; se trata de la necesidad de asumir un exigente y necesario tipo de liderazgo que con plena independencia y sobre la base de experiencias propias, permita a los ciudadanos asumir la defensa de causas comunes.

 

 

No es un secreto que las actitudes individuales estén prevaleciendo sobre la vida en sociedad, este es un tema materia de atención de la misma juventud que sirvió como tesis de grado a un estudiante universitario, quien llegó a la conclusión de que en ciertos sectores, a medida que satisfacen ciertas necesidades, surge la impresión de que ya no es relevante la participación en política ni la participación comunitaria como fuente de demandas sociales.

 

 

La relativa diferencia de ese concepto se observa en muchos sectores en los que existe la conformación de organizaciones comunitarias legalmente constituidas con presidentes que denotan en la expresión de sus ideas el conocimiento inobjetable de procesos comunales enmarcados en la Ley y su reglamentación, de igual forma han organizado “Comités Proparque”, en salvaguarda de zonas verdes y de recreación, muy digno además, ver la denodada tarea de aquel párroco que hace un llamado a la integración de las familias alrededor de sus parques, lo que en su conjunto se convierte en una fuente de procesos homogéneos llenos de unidad y espiritualidad.

 

 

Lo deplorable, y muy seguramente una de las razones que permitió a aquel joven universitario llegar a tal conclusión, es que, quienes ostentando el poder político y teniendo capacidad para influir en el apalancamiento y ejecución de proyectos de interés social, brillen por su ausencia ante un lejano proceso electoral, pero cuyas apariciones acompañadas de cantos de sirena se visibilizan con la cercanía de unas elecciones, algo que por supuesto desilusiona al ciudadano de bien y afecta el buen ejercicio de la política, todo ello, con las frustraciones propias de quienes han terminado cediendo ante las falsas promesas de politiqueros oportunistas.

 

 

Hoy por hoy, son muchos los técnicos, tecnólogos y profesionales universitarios que hacen parte de una comunidad residente que bien podría, a través del conocimiento adquirido, enriquecer la democracia participativa de la que muchos hablamos, pero a la que poco aportamos.

 

 

Los padres, haríamos un gran favor a nuestros hijos y un invaluable aporte a nuestra sociedad si los incentiváramos a compartir sus triunfos profesionales de la mano de una construcción de consensos, de superación de conflictos y de articulación de intereses colectivos para que ejerzan de manera digna el gran liderazgo que la ciudad clama.

 

De esa manera, en el 2023 los ciudadanos no solo saldrán a votar por votar, sino a elegir, pero a elegir bien.

 

 

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