Opinion

Fecha de publicación: Lunes, 20 de Diciembre de 2021 Hora: 09:59:46

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Nuca he usado TRANSCARIBE, no me gusta el servicio, me parece sobre valorado, pero es lo que tenemos, y desplazarse de manera rápida de un extremo a otro de la ciudad no es su función principal, pero es la única que presta y eso, a medias, pues los buses no pasan con la frecuencia ideal.

 

Si la señora MARIA CLAUDIA PEÑAS  gerente del sistema decide llevar acabo lo que tanto ha dicho, eso sí, solo lo dicho no está escrito en ningún documento, pues ella  desecha el estudio de demanda contratado por RIPOLL del cual hablé en una muy sonada columna ya hace dos años, el cual fue recibido por ella a satisfacción,  según su comunicado de prensa, y con el argumento fáctico de que el pasajero es el centro de la movilidad.

 

Lo que es una falacia porque lo fundamental de TRASCARIBE debe ser la eficiencia en la prestación del servicio, el cual hoy y siempre han sido totalmente ineficiente; pero la gerente  anda haciendo reuniones con los líderes comunales que por el talante demostrado hasta ahora parece ser más un proselitismo político que un tema  Técnico.

 

¿Hasta cuándo la junta la sostendrá en ese puesto? ¿O será q los intereses del señor CEPEDA primarán más que los de la  Ciudad?

 

 Las busetas no han sido chatarrizadas en su totalidad y las rutas que se han ido reemplazando no tienen la circulación frecuente necesaria para abarcar a todos los usuarios, es más se han autorizado nuevas rutas, lo que genera serios y evidentes traumas en la movilidad que hoy todos sufrimos y padecemos.

 

El abuso de quienes viven de la economía informal que en aras de ganar algo de dinero tratan de convertir el sistema en un mercado móvil, el mal estado de las estaciones, que la circulación empieza a partir de las seis de la mañana cuando ya muchas personas tienen una o dos horas de estar en sus sitios de trabajo y el ultimo transporte es hasta las diez de la noche cuando aún muchos usuarios no han salido de regreso a su casas.

 

 

 

Todas estas fallas estimulan  el transporte informal, la inseguridad y una serie de  etc etc, que conforman el collar de inconsistencias en el servicio;  todo esto a causa de una gerencia bastante mediocre, tal vez por el afán de obedecer las necesidades de algún jefe político o tal vez por tratar de complacer a naturales miembros de la junta.

 

La toma de medidas tan arbitrarias como la no renovación del contrato con el operador TRANCARIBE si llega a cumplir lo que tanto ha dicho, dejaría al sistema con un 30% menos de buses operando lo cual desembocaría en un descenso en la capacidad, si hoy con los dos operadores funcionando estamos en semejante crisis de movilidad imaginemos ¿cómo será con  el 30% por fuera?

 

Tal parece que la señora MARIA CLAUDIA PEÑAS  y la junta de TRANSCARIBE han olvidado los ejercicios matemáticos ¿o será que la junta es un cero a la izquierda para esta señora?

 

¿Va a permitir la Junta directiva de TRANSCARIBE que la gerencia siga tomando decisiones arbitrarias y con evidentes fines políticos sin que nadie se pronuncie?

 

El sistema y su gerencia se han convertido en la parte más negativa de una relación toxica para la ciudad.

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